La fijación de menores con Internet desconcierta a padres y educadores

Es un hecho que quienes tratamos a diario con jóvenes o tienen (tenemos) hijos adolescentes, entendamos mayoritariamente el titular que aparece en ElPais.com: "Los progenitores, que antes limitaban las salidas a la calle de sus hijos, ahora las fomentan."


Que Internet ha cambiado los hábitos de niños y adolescentes y ha desconcertado a un buen grupo de padres y educadores es un hecho; madres y padres que se apuntan a cursillos de informática para saber "de qué va esto". La realidad es que chicas y chicos pasan horas videojugando, o chatean cuando su familia duerme... Ni cortándoles los cables del ordenador es posible desconectarlos. Se saben lo del Wi-Fi. 

En el artículo, la consultora valenciana Mar Monsoriu, habla de su libro Técnicas de hacker para padres y describe la dependencia de Internet de los menores, sin que la mayoría de adultos lo sepan o les importe. "Los niños son expertos en buscarse la vida para acceder a Internet". La mayoría de los padres y profesores no saben qué es una red social, ni que sus hijos puedan contar su vida minuto a minuto en Twitter.

La razón de fondo de este descontrol es la falta de comunicación con los padres y que éstos no den a sus hijos el apoyo y las directrices necesarias. Algunos esperan que sus hijos se autoeduquen en el uso de la tecnología. También, en algunos casos, a los profesores les falta formación.

Aporta alguna recomendación intersante, incluso obvia: "Hablar con los hijos, llegar a acuerdos, compartir con ellos la experiencias digitales y educarlos en el uso prudente de la tecnología". En el aspecto práctico, lo mejor es poner el ordenador en un lugar común del hogar, como el salón; limitar las horas de acceso; supervisar los programas que se instalan,etc."

Se hace necesario que los padres se adentren en Internet, aprendan a usar el Messenger y demás, para que vean que su mundo es también el de sus mayores, y hagan un uso mucho más provechoso de estas herramientas. Las madres y padres a quien he tenido la suerte de dar clase creo que así lo pensarán.


Comentarios

  1. La Mar Monsoriu es una friki de tres pares. Siendo así no me extraña el título del libro.
    Cuando éramos nosotros los que salíamos a la calle, lugar de juego por excelencia de nuestra generación no teníamos a nuestros padres espiandonos, que, al fin y al cabo, es lo que propone esta señora, pero en el contexto actual. Y pese a todo la calle tenía y tiene más peligros que hablar por el messenger con desconocidos (oh, el gran peligro!).

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